Plagas de otoño en la dehesa
Con las primeras lluvias que anuncian la llegada del otoño, comienzan a avivar los primeros adultos del coleóptero Balaninus elephas. Este insecto es uno de los responsables de la pérdida de tamaño, peso y la caída temprana de los frutos.
Después de las primeras lluvias, avivan del suelo los primeros adultos que realizarán los vuelos hacia las copas de las quercíneas para realizar la cópula y hacer la puesta. En la puesta, cada hembra pone unos 40 huevos y los distribuye a razón de 1 a 3 por fruto. Realizan un orificio en la bellota e introduce el huevo en su interior. El periodo de puesta es de unos 25 días y comienza de 8 a 10 días después del acoplamiento. El periodo de incubación de los huevos es de 10 días, tras los que avivan las larvas que comienzan a alimentarse de los cotiledones de la bellota. El desarrollo larvario dura entre 35 y 40 días, tras los cuales la larva abandona el fruto y se entierra en el suelo a una profundidad comprendida entre los 10 y los 70 cm, donde construye un cocón terroso para invernar. A principios de verano del año siguiente comienza la pupación (primera quincena de julio a primera de agosto) quedando a la espera de las primeras lluvias copiosas del otoño, que ablanden el terreno permitiendo a los adultos salir para realizar un nuevo ciclo.
Para evitar que estos insectos formen plaga en la dehesa, tendremos que realizar acciones concretas para disminuir su población cuando se encuentren en los momentos más vulnerables de su ciclo biológico. Esto es:
1- Durante el desarrollo larvario, muchas bellotas picadas caen de los árboles. Debemos realizar un aprovechamiento de estas bellotas con el ganado, de esta forma eliminamos larvas antes de que terminen su desarrollo y se entierren.
2- Actuando sobre el adulto aplicando tratamientos insecticidas. Durante los días que avivan del suelo y en los días de maduración tras la cópula, antes de que la hembra ponga los huevos. El momento idóneo sería unos 5 – 8 días tras las primeras lluvias copiosas que consigan ablandar el terreno facilitando la salida masiva de los adultos que se encuentran bajo tierra.
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